La gran formación de jazz está sin ninguna duda más popular de las formaciones de jazz. Su imagen, enno por artistas tan prestigiosos que Duke Ellington o Count Basie, se imprimió así mucho en el inconsciente colectivo del público francés de los años de posguerra, que permanece un medio siglo más tarde aún encargada de esto que así profundamente simbolizó: la Liberación. Esta fraternidad inmediata entre el pueblo de la Francia Liberada y la comunidad negra americana es por otra parte muy natural, uno retirándose del yugo nazi, otro del opresor blanco. Los cincuenta años que siguieron no hicieron más que confirmar este fértil intercambio y numerosas conservatorios y/o escuelas de música vieron nacer este tipo de orquesta en su seno. Considerado aujourd' hoy por los jóvenes músicos como la una de las mejores escuelas de música moderna, el big band es la única formación capaz manejar con capacidad la seriedad y el rigor de la orquesta sinfónica y el calor festivo de la orquesta de baile. Nada de asombroso a esto que la Orquesta Nacional de Jazz a su creación se haya organizado en el espíritu del big band.

BAND 433
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Michel GOUTAGNY

El BAND 433 era una apuesta ambiciosa entonces de su creación en 1992. Se trataba de hacer suyo un principio caro a Duke Ellington: reunir los mejores componedores y los mejores instrumentistas para ofrecer al público las mejores prestaciones posibles. Si se fundió en el espíritu y si posee la carta de una herencia de alta firma, el BAND 433 no se propone solamente satisfacer las exigencias de la interpretación, era riguroso y de exaltación. Vincent Martin, Gilbert Dojat, Pascal Berne, Patrice Foudon y Michel Goutagny pues inscribió en su vida y sobre el papel los símbolos de lo que la orquesta puede proponer de más intemporal y con todo tan humano: la aventura de la Creación.

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